Restaurante llamativo, con una decoración muy cuidada, y el personal es muy atento. La comida está muy buena, y tienen gran variedad; las pastas que acompañan al té están muy ricas, y según nos contaron las hace un pastelero que forma parte del equipo de cocina, así que todo es muy auténtico.
Recomiendo ir allí, aunque sea a tomar café y algún dulce.
Ana Fortis